La reforma y construcción saludable se basa en el diseño y conocimientos de criterios adecuados.
Hacer una prospección del subsuelo para localizar y evitar las posibles patologías presentes en el terreno, como por ejemplo, corrientes de agua, fallas geológicas, emanaciones de gas Radón, redes geomagnéticas, etc.
Hacer un correcto diseño de las aberturas de la vivienda que permita una buena ventilación y un máximo aprovechamiento de la luz y la radiación natural, disminuyendo además el consumo eléctrico para la climatización y la iluminación.
Además de asegurar la dispersión de iones positivos, nocivos para la salud, muy presentes en hogares tecnificados como los nuestros.
Correcta ubicación de los puestos de emisiones de productos o de combustión, alejados de los dormitorios o salas de larga permanencia.
Un correcto diseño de la instalación eléctrica y la ubicación de electrodomésticos evitando la presencia de campos electromagnéticos en los dormitorios mediante la introducción de interruptores de corte de corriente en lugares estratégicos, una derivación eléctrica bien diseñada, etc.
Hemos visto que en casi todos los libros que hemos recurrido para formarnos en el campo de las viviendas saludables, hablan de técnicas utilizadas ancestralmente por diferentes culturas como los egipcios, celtas, romanos, chinos, aztecas, etc.
Por ejemplo, la detección del gas radón, las corrientes subterráneas, redes geomagnéticas, etc. Eran técnicas conocidas y aplicadas por diferentes culturas desde hace alrededor de 4.000 años.
